Dicen que los niños son esponjas, la única diferencia es que la absorción de las esponjas es limitada y la de los niños es infinita. Los niños aprenden inconscientemente en un camino que cada día es una fiesta, en un mundo donde todo es alegría.
La primera etapa de su vida, hasta los 3-4 años, es la más importante, es cuando necesitan más ayuda, pero no porque sean insignificantes, sino porque su creatividad es tan ilimitada y tan frágil, que necesita ayuda de sus papás. Una ayuda basada en el cariño y el apoyo para poder crecer sin miedos, sin traumas, sin dificultades.
Debemos crear un ambiente agradable, adecuado para el desarrollo del niño. Un ambiente cálido y luminoso, que incluya lenguaje, plantas, arte, música, libros…


Nuestro rol como papás es muy fácil. Simplemente debemos ser un poco más humildes y caminar junto al niño, aprender de él y por supuesto, disfrutar de él.
Nuestros talleres persiguen esto mismo. Convertir a los papás en excelentes observadores conscientes del desarrollo del niño, para ayudarles a comprenderlos y conocerlos mejor.
¡Disfruta de tus pequeños! ¡Feliz fin de semana!